CHARLES BAUDELAIRE (Paris,1821-1867)
Tu que como una cuchillada entraste en mi triste pecho,
tu que, fuerte cual un rebaño de demonios,
viniste a hacer tu lecho y tu dominio en mi espíritu humillado,
infame a quien estoy unido como una cadena al galeote,
como un juego al jugador,
como a la botella el borracho,
como al gusano la carroña,
¡maldita seas, maldita!
Que mi libertad conquistara, dije al pérfido veneno,
que socorriese mi cobardía.
Mas,¡ay! puñal y veneno despreciándome, me han dicho:
"no mereces que te arranquen de esa esclavitud".
¡Imbécil!-si de su imperio nuestro esfuerzo te librara,
tus besos resucitarían de tu vampiro el cadáver...
29 octubre 2007
El vampiro
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